viernes, 4 de septiembre de 2015

Aftershock de Charles Bernstein / del libro Girly Man


Después del shock


El jueves por la noche comencé a fluir. El penetrante trueno resonó haciendo eco sobre Manahattan. Todos despertamos con un sobresalto y no pudimos dormir de nuevo.

Andrew nos contó la historia del británico que llegó a tiempo para su cita de corte de cabello a las 4 de la tarde del martes. Él había estado en el piso más alto del World Trade Center cuando el avión se estrelló.

Por error escribí primero "Word Trade Center"

El martes en la mañana desperté a mi amiga Stu de un profundo sobresalto, al decirle lo que le habían pasado a las torres gemelas.  Es horrible, dijo, pero no tan horrible.

En los últimos días, todos los que conozco parecen que tienen la necesidad  de estar en contacto con los demás. Primero, fueron más llamadas y correos electrónicos fuera de los Estados Unidos. Ahora es una constante transmisión de llamadas locales: en dónde estabas, cuándo, cómo te sientes ahora. Cada historia es fascinante, de unos donde la gente estaba sola viendo la tele en vivo a aquellos que vieron los eventos poco a poco, quién puso eso? en vivo y en persona. Aquellos quienes ven las torres colapsarse, quienes vieron la gente saltando, fuimos quemados en el sentido que el resto de nosotros había sido perdonado.

Una necesidad visceral de agredir, de golpear, de extraer, de destruir por venganza aquello que ha sido destruido, parece tomarnos una parte de todos, tomando una parte de mi. 

Cuando una compañera del trabajo expresa justo ese sentimiento, alguien se queja, "¿No te parece que necesitamos encontrar al responsable antes que hagamos algo? Ella se encoje de hombros: no necesariamente.

Es como si las explosiones ocurrieron docenas de veces, que las explosiones reales estaban destruyendo en una repetición constante.

Me siento como si estuviese entrando en esos niveles de un libro aun no escrito por Kubler-Ross: primero negación, luego una maniática fascinación, después apatía, luego depresión. Ahora de nuevo negación. Y después me doy cuenta que el libro ha sido escrito. Muchos libros.

No puedo sacar esa imagen de mi mente. Ya sabes, aquel en el que un equipo de kamikazis conspiradores se encuentran en un hangar  abandonado y meticulosamente planean la operación en un pizarra. ¡Sincronizan sus relojes! Esta imagen entorpece lo que ocurrió, entorpece la ventisca, entorpece al cielo.

Inesperadamente, hay banderas por todas partes.

Cosas que hago diariamente como hacer una reserva de avión por teléfono ahora son tensas con una indeseada turbulencia emocional.

De alguna manera las explosiones son desastres naturales, como un terremoto o una erupción volcánica. Aunque queramos pelear con ella, los seres humanos y lo que ellos hacen, es parte de la naturaleza.

Los trenes "letra" están en su mayoría funcionando  pero siempre pienso en términos del IRT, BMT, IND. Bueno, el A está bien de la 207 hasta la 4 west pero la C no funciona; la D ahora termina en la 34. La E canceló su servicio indefinidamente después de la 4 west.

Después de la colisión, un periodo oficial de pánico se estableció. Durante este tiempo, todas nuestras apuestas estaban terminadas. Nos dijeron que esperáramos cualquier cosa, cualquier objetivo próximo. Este periodo de pánico inicial activó la tonalidad de los días venideros y tal vez teniendo un efecto más profundo que los eventos iniciales.

Ahora, es domingo, está haciendo frío por primera vez. El verano se terminó.

Yo exploto
tu explotas
ella/él/eso explota
nosotros explotamos
ustedes explotan
ellos sufren

Somos horribles, pero no tanto.

Hey, Joe, no crees?

Nosotros somos ellos.

13-16 de septiembre 2001

Trad. doméstica: Minerva Reynosa